Parece que a la primavera le cuesta a arrancar su andadura pero no a unas cuantas componentes del Club de Lectura Feminista de Guadalajara que organizamos una manifestación poética inspiradas en el poeta anarquista Jesús Lizano con el objetivo visibilizar el trabajo y las reivindicaciones y reflexiones de diversas poetisas.
El mundo de la literatura continúa siendo un ámbito ocupado por hombres. Posiblemente si preguntamos por una mujer poeta, pocas personas sabrían darnos un nombre o quizás entre un hombre y una mujer, preferirían el del primero porque es... hombre. Así que, con pancartas en alto recorremos el centro de Guadalajara para dar voz a diversas poetisas, que en mayor o menor medida fuera acalladas, y porque no estamos de acuerdo en las palabras que hace tiempo pronunció Chus Visor, editor de la editorial de poesía Visor, sobre que no hay poetisas con la misma calidad que los hombres. Queríamos devolver el espacio público a mujeres que lo merecen. Las mujeres también son poetas y... buenas. Clara Janés, poetisa y traductora catalana se encargó en su obra “Guardar la casa y cerrar la boca” de realizar un compendio a lo largo de la historia de mujeres poetisas y escritoras de diferentes épocas y clases sociales que demuestra la existencia de grandes mujeres escritoras a lo largo de los siglos.
La manifestación comenzó con muchas ganas e ilusión a las 18.30 horas en la Ermita de San Roque con una breve introducción en forma de verso a la posterior lectura de varios poemas. El recorrido constó de cinco paradas, como el Paseo de San Roque, la Concordia o la Plaza de San Ginés, durante el cual invitábamos a jóvenes, amigas, familias, parejas o cualquier persona interesada a unirse y escuchar el recital o tomar parte en él. En varios puntos se unieron diferentes personas a escuchar el recital e incluso algunas se animaron también a declamar poemas propios o de otras poetisas.
Recitamos poemas de poetisas de la Generación del 27 que se vieron enterradas por la fama de los hombres de esta generación. Destacan nombres como Carmen Conde, primera mujer en ocupar un sillón en la Real Academia de la Lengua, la anarquista Lucía Sánchez Saornil con poemas como “Cuatro Vientos” o “Elegía interior” o Carmen Burgos, conocida como Colombine, también periodista y activista por los derechos de la mujer o Ernestina de Champurcín, mujer muy culta que junto a Concha Méndez y María de Maeztu fundó el Club Lyceum Femenino.
No faltó la poesía latinoamericana con Alfosina Storni con poemas como “Hombre pequeñito” o “Tú me quieres blanca”, las nicaragüenses Gioconda Belli y Daisy Zamora o la mexicana Rosario Castellanos que tienen a la mujer como tema central en muchos de sus poemas.
Además, tuvimos la suerte de contar entre el grupo con la poetisa saharaui Zahra Hasnaui que recitó algunos de sus poemas como “Tuve sed” o “Mujer”. Temas como la sorodidad o la falta de voz que sufren las mujeres son algunas temáticas tratadas por otras escritoras del continente africano como Ndeye Coumba o Elisa Kidane; las libanesas May Ziadeh o Joumana Hadad y por la india Rupi Kaur, ésta última muy reconocida por su poemario “Miel y leche” y su serie fotográfica sobre la menstruación,que también formaron parte de nuestro repertorio.
Por supuesto, con motivo del centenario del nacimiento de Gloria Fuertes, la escasamente reconocida poetisa española, también tuvo su hueco en la manifestación poética así como las poetas más jóvenes e irreverentes de ahora y muy conocidas en redes sociales como Elvira Sastre, Noelia Morgana, Almudena Vega o Nanna Juul Lang.
Casi dos horas más tarde, en el Paseo de Fernández Iparraguirre ya de noche, donde todavía se unieron algunas compañeras más, finalizamos con una buena sensación por haber tenido la oportunidad de dar la palabra a poetisas diversas y distintas pero que tenían en común su lucha por conseguir un mundo más justo para las mujeres.
No hay duda. Las poetisas andan por las calles de Guadalajara.
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